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sábado, 29 de enero de 2011

Meditaciones con el niño-Universo y las rejillas de luz


Los seres de luz nos regalan visualizaciones para incorporar a nuestras vidas cotidianas que pueden sernos de gran ayuda.

Se trata de imaginar al Universo personificado en un niño risueño que nos acompaña allá donde vayamos. Podemos visualizarlo que lo cogemos de la mano en nuestros paseos y que siempre está a nuestro lado, hagamos lo que hagamos. Podemos fundir nuestro niño interior en la imagen de este niño-Universo y recrearnos en cómo sonríen, dispuestos a ayudarnos y a inspirarnos en cada paso de la vida. Ahora su sonrisa forma parte de nuestro corazón y se amplifica a cada latido, tocando a todos aquellos que la necesitan e inundando su existencia con el impulso de la alegría y la dicha de vivir.

Nunca nos olvidemos de mirar a este niño invisible, siempre dispuesto a escuchar nuestros pensamientos y a aceptar y disolver las lágrimas del corazón. Podemos conversar con él en nuestras meditaciones desde el nivel del alma o del ser y percibir su ansia de impregnarnos de amor, esperanza e ilusión. Seguro que tiene alguna frase inspiradora para nosotros, por ejemplo:

“Siento mi alma completa ahora.”

Y nunca olvidemos que ese niño-Universo, ahora integrado en nuestro niño interior, siempre abraza al ser que somos ahora.




Otra hermosa meditación que nos regalan los seres de luz, en este caso, los ángeles, es que cada vez que algo nos inquieta y no sabemos como sanar, imaginemos esta situación como un pozo sin fondo lleno de oscuridad y como diversos ángeles aparecen en fila con capas de rejillas de luz sobre sus manos para dejarlas caer una tras otra al fondo y provocar así que esa situación se transmute en pura luz y respire a la luz del alma. De este modo, las capas de luz van cubriendo ese agujero sin fondo al que no le vemos ninguna salida para irse transformando progresivamente con la sabiduría y la fuerza de la luz sanadora de las rejillas angélicas y dar paso a una puerta de sanación. Debemos ser constantes en esta meditación y practicarla frecuentemente hasta que esa situación se invierta gracias a la magia de los ángeles impulsada con nuestra fe.
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jueves, 20 de enero de 2011

Meditación con Ángeles y Hadas


Estas palabras son una bendición que emana del corazón de un ángel a través de mis pensamientos y que van dirigidas a vuestro corazón:


“Tu respiración es el aliento que el mundo necesita.”

“Eres como el agua que siempre abre camino a la vida.”

“Adopta una conciencia de paz y el mundo será un reflejo de ti.”

“El sol de tu lago de quietud se funde con tu lágrima emocionada de felicidad y nace la luz en tu corazón.”

“No te preocupes por el futuro y las respuestas se manifestarán.”

“Esto es lo más cerca que un ángel puede estar de una persona.”

Percibir como su luz tocaba cada poro de mi piel, mientras me invadía dulcemente, me aportaba ternura y me llegaba al corazón, me hizo apreciar la calidez de una valiosa paz interior, que nunca había imaginado antes, mientras lloraba de felicidad al sentirme agradecida por poder experimentar ese sublime momento.

“La plenitud es sentirse en unidad con Dios, solos tú y él. Es una experiencia totalizadora, unificadora, gratificante, liberadora, colma tu ser por completo. Sentirse en intimidad con la fuente de energía divina te hace sentirte a salvo y lleno en tu interior.”

En mi tiempo de meditación, rodeada de destellos luminosos radiantes y centelleantes, mi guía divino a través de mis pensamientos, desde una dimensión donde las cosas no toman forma, sino que están en su estado original de esencia etérea, me ha entregado un corazón de luz que he compartido con el mundo a través de una serena onda expansiva de paz, belleza, luz y equilibrio, que ha hecho emerger lágrimas de emoción de mi corazón.

Me encantaría que el amor contenido en ese corazón de luz divina, acariciara vuestros pensamientos y sentimientos y que os llenara de esperanza, dicha, plenitud y satisfacción.

Ojalá os haya llegado esa energía espiritual que, con tanto amor, los ángeles quieren transmitirnos a través de su luz para llenarnos de la armonía, espiritualidad, calma y la ilusión por la vida, tan necesarias para abrir nuevos caminos en nuestra evolución personal.

Sigo con mi tiempo de meditación,
envuelta en una capa de luz,
que colma este momento
y me arropa con el calor
que emana del manto de la plenitud y la felicidad que me embarga,
esa luz cuya calidez apacigua mi mente, abraza mis deseos y desea lo mejor para el planeta Tierra.


Visualizo un destello de luz divina,
que irradia su fuerza en cada estrella del cielo,
las mismas que espero que iluminen vuestros sueños,
bajo el techo índigo de noche
y os lleven de la mano
hacia lo más íntimo de vuestro corazón
para alumbrar vuestras ilusiones con el nuevo día.

Conecto con aquella esencia que sosiega los anhelos no cumplidos y que nos empapa de nosotros mismos en ese espacio interno impregnado de libertad y de nuestra perfección interior, tan sublime que nos extasía al palpar su existencia.

Destellos de ilusión corren en el universo de nuestra mente donde gotas de plenitud centellean sobre la superficie de nuestros pensamientos, deseosos de aflorar hacia el mundo, ansioso por lanzarlos en cada orilla de sus playas, en cada remanso de quietud, en cada rayo de su horizonte, como parte de un movimiento sosegado que exterioriza lo divino de cada uno de nosotros.

Mi hada:

Te posas en lo más recóndito de mi ser y te mudas a la casa en ruinas de mis secretos ya olvidados, ahora en cenizas, pero tú los alumbras con tu fe y consigues que tomen cuerpo, que vuelen con tus alas y que se muevan con tanta dulzura que me acarician la piel con las palabras que los conforman.

Emanas la fuerza de los que creen en sí mismos y que se han labrado su propio camino de autenticidad e integridad.


Y desde lo más íntimo de mí misma, le susurro al hada que todos llevamos dentro:

“Me regocijo en tus actos, en tus susurros y en cada sueño que complaces,
me recreo en la forma en que me enseñas a amar el momento presente
con tu magia
y esa calidez
que colma nuestra conciencia
de nuestro propio goce y deleite,
mientras nos sentimos fluir dulcemente
en las aguas
de nuestro lago
de calma emocional
y de apaciguamiento interno
de camino hacia lo mejor
de nosotros mismos.”

Me seduce la caricia
del momento presente
que se cuela
entre los pliegues de mis pensamientos,
adentrándome, abriéndome
al abrazo de la existencia,
ansiosa por hacerme sentir mejor.

Percibo ese halo divino
en todo cuanto me rodea,
ese sentido de lo sublime
del que me percato a cada paso.

El secreto de la magia
me desvela la belleza
de las emociones,
las cuales se elevan presurosas
para volar con las alas de mis sueños
y hacerles cobrar vida.

Texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual*